“Hay que encontrar el camino para que la cultura siga viva”

El director, docente y cortometrajista cántabro Nacho Solana analiza la situación de la industria cinematográfica desde la llegada de la COVID-19
Nacho Solana, director y cortometrajista cántabro | Imagen cedida por el entrevistado

Cantabria es una comunidad autónoma con un gran bagaje cultural a sus espaldas. Tal es así que los primeros creadores y sus obras han marcado el transcurso histórico de los 102 municipios que conforman la región.

El territorio cántabro y su sociedad han visto creces a los diferentes artistas de las distintas disciplinas que componen el sector cultural de la comunidad. De hecho, su legado ha llegado hasta la actualidad, haciendo de Cantabria una comunidad con rica en esta área.

Uno de los creadores más destacados a día de hoy es Nacho Solana, el cortometrajista y director cántabro que aúna su trabajo como docente con la industria audiovisual. Asimismo, Solana ha sido galardonado con diversos premios, y uno de los más recientes ha sido su selección para acudir al European Film Market de 2022.

¿Cómo ha afectado la COVID-19 a la industria cinematográfica?

Ha afectado tanto en la producción como en la exhibición. En la producción se detuvieron rodajes y se paralizaron los que estaban a punto de arrancar. Muchos de ellos se acabaron suspendiendo.

Todavía me llegan noticias de rodajes que estaban preparados y que, a día de hoy, aquellos proyectos más frágiles no tienen asegurado que se vayan a hacer. Se puede dar también hasta cierto atasco.

Además, las necesidades económicas del sector hacen que el número de rodajes por año tenga que ser un mínimo. Tenemos que cumplir con lo que no se ha hecho en 2020 y con lo que se espera inicialmente de 2021. Eso puede ser problemático.

A día de hoy los rodajes se están llevando con cierta normalidad siguiendo las normas de seguridad, pero todavía todo es muy incierto y no se ha alcanzado una tranquilidad.

Desde el punto de vista de la exhibición hay muchas películas que se han quedado “en el congelador”. Las películas de prestigio que iban a competir en los premios de 2020 han pasado a 2021. Los directores de diferentes festivales cinematográficos nos dijeron en las DCP que a finales de 2021 iba a haber un boom de estrenos y decían que las salas no iban a tener capacidad para albergar tantísimos estrenos.

“Las inscripciones en las plataformas también se han multiplicado”

Esto provocará que las plataformas digitales cobren más auge del que ya tienen, ¿no?

Eso ya ha sucedido. Muchas películas que se iban a estrenar han pasado directamente a plataformas. Tres ejemplos muy claros han sido ‘Historias lamentables’, ‘Orígenes secretos’ y ‘Bajo cero’. Estas no eran películas de plataforma, es decir, no estaban producidas por una plataforma desde el principio.

Son películas que una vez visto que no se podía proyectar de manera que aseguraba un rendimiento mínimo se han vendido a las plataformas.

Las inscripciones en las plataformas también se han multiplicado. Un claro ejemplo es Filmin, que es muy pequeña comparada con los otros gigantes. Esta ha multiplicado por tres sus suscriptores. El streaming está ganando muchísimo poder económico.

De entre estas plataformas, ¿cuál es la mejor?

Filmin, sin duda. Creo que las otras plataformas tienen diversos problemas. Tienen uno de falsa variedad, es decir, supuestamente son plataformas que te ofrecen de todo pero que normalmente entierran en el algoritmo producciones que no quieren que veas por alguna razón y te pone las novedades y lo que les interesa en portada. Al final todos vemos lo que Netflix quiere que veamos, no quiere que busquemos en el algoritmo.

Con Amazon pasa que si que están comprando películas de gran calidad, pero se quedan un poco enterradas. Parece que están haciendo una estrategia a medio plazo. En cualquier caso ambas se están volcando más en la serie, y a mí me gustan más los largometrajes.

Luego están HBO y Disney + que me gustan pero también tienen un perfil que encaja menos. Filmin tiene un catálogo más extenso que apuestas del cine de calidad de todos los géneros y de todas las épocas.

Tiene un algoritmo muy interesante que es como una cabeza pensante que está detrás cuando te ofrece las colecciones. Realmente hace que descubras cosas que normalmente no verías.

Sí que es verdad que es una plataforma para personas muy cinéfilas. El resto de plataformas me parece que usan los productos como si fuesen de ‘usar y tirar’. Nadie se acuerda del estreno que hizo Netflix hace tres meses. La ventana de exhibición es muy pequeña en las plataformas.

Muchos cines están cerrando por las consecuencias económicas que ha tenido no tener estrenos en un año

¿Crees que estas plataformas pueden llegar a cerrar las salas de cine?

Parece que los blockbusters van a convivir a tiempo real con las salas comerciales y las plataformas pero siempre va a haber un circuito de cine. Las salas tienen una función que es que veamos las películas de una manera concreta. Es muy distinto ver una película en una pantalla que verla en una pantalla grande con todo el ritual que ello conlleva: llegar allí a la hora que es, en completa oscuridad, en comunidad con otra gente.

Creo que esa experiencia no va a desaparecer nunca del todo. Sí que es cierto que ahora mismo muchos cines están cerrando por las consecuencias económicas que ha tenido no tener estrenos en un año. Pero siempre va a haber algo.

En el caso de Cantabria, los cines Groucho se han visto obligados a cerrar el pasado mes de enero. ¿Cómo crees que se encuentran actualmente las salas cántabras?

Ahora mismo están bastante mal. Las salas ponen cine de reestreno y pocas de estreno. De todas maneras, las salas de cine ya estaban heridas de muerte. Para ver las películas que salen en las grandes portadas tienes que salir de la ciudad. Cualquier contratiempo puede hacer que nos quedemos sin cine en Santander.

¿Cuál crees que sería la película que definiría al 2020?

Una película que en el confinamiento me afectó muchísimo fue ‘Palm Springs’, que es una comedia de bucles temporales en la que el protagonista está condenado a vivir el mismo día una y otra vez. Es como ‘Atrapado en el tiempo’, pero esta última se basaba en repeticiones de una acción.

En ‘Palm Springs’ no hacen tanto eso si no que hablan de la desidia que te provoca el hecho de que tu vida no pueda avanzar. Lo que nos llega es que su vida está vacía porque su vida no puede seguir.

Creo que es la sensación que hemos tenido todos en 2020 cuando hemos estado en nuestras casas y que todavía arrastramos al estar la vida social muy limitada.

“Los Diálogos de Cine y Producción (DCP) es de lo más importante que le ha pasado al audiovisual cántabro desde que yo ejerzo la profesión”

¿Qué opinas de movimientos como Alerta Roja, que promueve los derechos de la cultura segura?

Aquí en Cantabria tenemos una situación modélica. La comunidad fue la primera en abrir cines y conciertos a través del proyecto ‘La Cultura Contraataca’ que, siguiendo las normas sanitarias, han acercado de nuevo la cultura a la gente.

Ahora hay una responsabilidad política, social y de colectivos y de asociaciones que tienen que empujar para no perder las cosas que teníamos sin menospreciar la situación crítica en la que todavía vivimos.

Hay que encontrar el camino para que la cultura siga viva y no perder los espacios tanto de reunión como de crecimiento profesional que teníamos.

En los últimos años han surgido eventos como los Diálogos de Cine y Producción (DCP). ¿Cómo crees que estos pueden repercutir en la sociedad?

En concreto los Diálogos de Cine y Producción (DCP) es de lo más importante que le ha pasado al audiovisual cántabro desde que yo ejerzo la profesión. De pronto gracias al impulso tanto del director de la Cantabria Film Comission como del director de la Filmoteca regional nos han acercado a profesionales que no estaban a nuestro alcance.

El hecho de que en Cantabria no hayamos tenido estudios superiores de audiovisuales hasta hace muy poco y que no haya existido una televisión autonómica ha provocado que no haya habido industria ni proyectos cántabros.

Los últimos directores cántabros que han hecho una película en Cantabria fueron Daniel Sánchez Arévalo o Nacho Vigalondo, que hicieron sus largometrajes a principios de la década de los 2000.

Sin embargo, desde que existen los DCP, el contacto con los profesionales de fuera que vienen a darnos su conocimiento y la aparición de otras plataformas como la PACCA y el interés por parte de la Consejería de Cultura y la Dirección General de Acción Cultura porque esta situación cambie, nos ha brindado recientemente ayudas a largometraje en Cantabria. De pronto los que llevamos muchos años en Cantabria queriendo hacer cine empezamos a ver un camino.

No son solo los DCP, son muchas voluntades que se empiezan a alinear en el tiempo. Cuando todo se une aparecen posibilidades que, si las aprovechamos bien, pueden hacer que un estudiante de audiovisuales pueda dirigir una película en Cantabria cuando acabe sus estudios y tenga un recorrido.

¿Qué supone para ti que uno de tus proyectos vaya a ir al European Film Market 2022?

Por un lado da vértigo porque para el European Film Market tienes que estar preparado. No es un premio a recoger y ya está. Te obliga a trabajar para que puedas aprovechar la oportunidad.

Ahora mismo siento la responsabilidad de haber trabajado lo suficiente en el proyecto para aprovechar ese viaje y que no sea perder una oportunidad.

Es como un aliciente para seguir trabajando. Representa una pequeña muesca más que pones en el proyecto para que la gente que lo vea pueda ver que tiene un interés propio y una garantía de que ha pasado por diferentes filtros.

En las últimas jornadas de DCP también nos han adelantado que el premio se extiende y que iremos a las Jornadas de Industria de San Sebastián. Nos están facilitando el siguiente paso, que es la búsqueda de financiación y de socios.

¿Qué proyectos de futuro tienes?

Tengo muy claro que no voy a dejar la docencia universitaria que llevo impartiendo varios años. La universidad me pone en contacto con mis alumnos y eso es algo que me motiva mucho.

Además, quiero rodar un cortometraje que sucede en el mismo mundo del largometraje que estoy pensando. También me estoy planteando hacer largometrajes más baratos, sencillos y asequibles si esa ópera prima no llega nunca.

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