“En Cantabria se han empezado a plantar las semillas del cine cántabro”

El cine es una de las disciplinas más complejas dentro del mundo de la cultura. El análisis audiovisual de los diferentes metrajes se hace cada día más y más extenso, y la producciones, aunque dañadas pro la pandemia de la COVID-19, van cobrando diferentes formas año tras año.

La evolución de la industria cinematográfica ha estado íntimamente ligada a las nuevas tecnologías. Pero, ¿qué es lo que está pasando con el cine en una comunidad como Cantabria?

Diego Aramburu-Zabala (1998) es un apasionado de esta industria. Siempre soñó con las películas que nutrían su mente. Su afán por el cine le llevó a estudiar Comunicación Audiovisual, y poco después se convirtió en uno de los locutores del programa radiofónico especializado en este sector, ‘La Llave Azul’, que se emite en ARCO FM.

¿Por qué decidiste aventurarte en la industria cinematográfica?

Creo que tomé esa decisión bastante temprano. Desde niño me gustaba el cine y solía ser el ‘bicho raro’ de clase, por eso siempre he tenido esa conexión tan grande con el mundo de la gran y pequeña pantalla. El cine era mi salvavidas personal. 

¿Cómo crees que influye la cultura a la sociedad? 

La cultura define a una sociedad, se convierte en su sello de identidad y en su referente ante el resto del mundo. No podemos entender el mundo de hoy en día sin saber qué nos define y por qué, lo cual, por desgracia, cada día está más diluido dentro del mundo globalizado en el que vivimos.

Has participado en varios programas radiofónicos sobre cine. ¿Crees que la sociedad cántabra valora verdaderamente esta disciplina y a sus artistas?

En Cantabria valoramos el cine sin ni siquiera ser conscientes. Puedes decir que el cine es malo o una pérdida de tiempo, pero estoy seguro de que ahora mismo toda esa gente tiene su cuenta de Netflix sin la que no pueden vivir.

Sin embargo, hay muchas disciplinas artísticas, como el teatro o el arte, que han vivido más a la sombra por su condición menos multitudinaria. Realmente no somos conscientes del talento que sale de Cantabria de esas áreas. 

En el último año las salas se han vaciado como consecuencia de la COVID-19. ¿Algún día volverán a ser lo que eran?

No, pero eso no significa que la experiencia de ver una película en las salas vaya a desaparecer. Como todo, la exhibición en cines está pasando por un momento de cambio. En Estados Unidos algunas de las grandes productoras como Universal o Paramount han llegado a acuerdos con sus cadenas de cines locales, cuyo resultado ha sido acortar la ventana de exhibición exclusiva en salas de 90 a 45 días.

Esto implica que posteriormente a esto, las productoras podrán comenzar su período de venta digital, física o en streaming. Realmente esta es una de muchas cosas que pueden ir a cambiar en los próximos años, pero aún es difícil prever lo que va a ocurrir. 

Se han grabado relativamente pocas películas en Cantabria en comparación con otras comunidades. ¿Crees que esto cambiará en un futuro?

Ahora mismo en Cantabria tenemos la suerte de que se han empezado a plantar las semillas del cine cántabro, de lo que esperemos que sea una industria local que pueda invitar a quedarse a nuestro talento así como competir con la vasca o gallega.

Aquí hay que mencionar el trabajo que están haciendo desde la Cantabria Film a Comission, la Filmoteca de Santander o La PACCA (Productoras Asociadas de Cantabria de Cine y Audiovisuales). Son ellos los que han dado ese pequeño paso de gigante, y con suerte nosotros podremos tener un futuro en este sector.

¿Cómo definirías a la industria cinematográfica en Cantabria?

 El cine en Cantabria es un proyecto a largo plazo, pero del que puede nacer algo muy importante y necesario para nuestra región. 

¿Tiene el cine las suficientes ayudas?

Ahora mismo, en Cantabria, no. Pero el futuro esta empezando a parecer ser mucho más prometedor a la hora de conseguir cambiar esta tendencia. Es cuestión de esperar y estar atentos a las oportunidades que se presenten.

¿Cuál es la diferencia principal entre ver una serie y una película ?

Realmente depende del espectador ver un tipo de metraje u otro, el es el que decide que ver y cuándo ver. Por tradición personal siempre he tenido has afinidad a consumir cine, y no ha sido hasta hace pocos años que he entrado de lleno en el mundo de la televisión actual.

En lo que a diferencia respecta, soy bastante clásico en ese sentido, una película es un único producto de una duración superior a la hora de metraje y una serie se compone de varios capítulos. Si a mi me lo venden como una serie, lo consumiré como tal. 

Ahora mismo los ‘atracones de series’ tienen un gran auge, ¿cómo afectan al sector?

Es una tendencia que podría desaparecer en los próximos años, quizá porque otras plataformas quieren recuperar esa intriga de estrenar semana a semana con la intención de generar mayor impacto durante el mayor tiempo posible. Aún así, ya hemos acostumbrado al público a esos atracones de series y va a ser una cuestión de volver a re educar los hábitos de consumo del espectador. 

¿Las plataformas digitales ganarán algún día a las salas convencionales?

Ya lo han hecho. En 2020 las plataformas han ingresado mucho más que las salas de cine. Era una carrera que se iba a disputar durante los próximos años, pero ahora solo podemos esperar que se cree un equilibro entre ambos formatos. Se trata de renovarse o desaparecer. 

De todas las plataformas existentes en la actualidad, ¿cuál crees que es la más completa?

Últimamente he pensado mucho en que Netflix es el standard actual para el contenido más mainstream. Realmente tiene el contenido más popularmente demandado y eso es muy interesante.

No obstante, cada día me atrae más la oferta de otras plataformas como Amazon o Filmin que han hecho un esfuerzo por incorporar a sus catálogos un cine más auroral o difícil de encontrar dentro del modelo más generalista de Netflix.