“Hay muchos jóvenes que se dedican a la cultura, no se puede decir que no hay interés”

Sara Moro Carrera, la escritora e historiadora cántabra que está a expensas de publicar su nuevo poemario, analiza la situación de la literatura en Cantabria
La escritora e historiadora cántabra Sara Moro Carrera / Julia Roiz

El olor a café impregna una calle céntrica de Santander. Allí espera nerviosa, pero a la vez con mucha fortaleza, Sara Moro Carrera. Da una buena impresión, parece una mujer que ha aprendido a superar sus miedos, o al menos a vivir con ellos.

Hace tiempo que entre los círculos culturales se empezó a oír hablar de ella. Durante la pandemia ha participado en diversos directos poéticos y ha incentivado la lectura a través de sus redes sociales.

También ha creado, junto a otros jóvenes, las cuentas de En Dosis, que como explica antes de encender la grabadora, “consiste en acercar a los jóvenes el conocimiento en diversas áreas a través de las redes sociales”. Ella se ocupa de @feneminoendosis y se encuentra haciendo un doctorado sobre las estrategias creativas, artísticas, pedagógicas y no violentas del movimiento feminista en el mundo occidental.

Además de todo ello, en 2020, Sara publicó Los últimos cantos de un pájaro enjaulado, un poemario en el que se refleja a sí misma, y próximamente sacará a la luz Dagas y Flores con una conocida editorial catalana.

¿Quién es Sara Moro Carrera?

Realmente soy una persona normal y corriente. Soy muy trabajadora, tengo muchas ideas y me esfuerzo por llevarlas a cabo. Más allá de eso, tengo 24 años, soy historiadora y actualmente me encuentro haciendo un doctorado al tiempo que me dedico a escribir, que es mi vocación. De hecho, escribir siempre ha sido el sueño que tenía desde que era niña.

¿En qué momento decides que quieres ser escritora?

No lo sabría decir con exactitud. Es algo que siempre me ha acompañado. Desde que empecé a aprender a escribir hacía mis propios cuentos. Además en mi casa siempre se ha leído mucho, así que supongo que en cierto modo lo intenté imitar.

¿Las redes sociales te ayudan a incentivar que la gente te lea?

Desde luego. Antes de que hubiese redes sociales hubiese tenido muchísimos problemas para todo: para darme a conocer, para difusión… Con las redes sociales se ha democratizado bastante el arte. Ahora cualquier persona puede escribir. Obviamente, siempre hay ciertas dificultades para hacerte un hueco, pero al menos tienes la posibilidad de darte a conocer a un número de personas.

De hecho, en un principio, aunque escribía mucho nunca lo exponía en redes. Me sentía insegura y me daba miedo. Ahora lo comparto en Instagram, antes lo hacía en pequeños blogs.

¿Puede afectar la sobreexposición?

Sí. Es uno de los factores que siempre me han echado más atrás a la hora de difundir lo que escribía. Ya no solo por el tema de los haters o sobreexponerme. Siempre he sido muy reservada a la hora de mostrarme a mí misma.

Al final puse una balanza y perdí poco a poco el miedo. Siempre habrá críticas. He conseguido darme a conocer y he tenido oportunidades. Al final las redes sociales tienen un lado malo, pero también uno bueno, y hay que aprender a verlo.

Tu primer libro, Los últimos cantos de un pájaro enjaulado, “reúne los poemas más íntimos de un corazón a punto de emanciparse, las reflexiones de una joven en busca de su voz poética y las incertidumbres del mundo actual”. Supongo que hablas de ti misma. Es una forma de darte a conocer tal y como eres.

Sí. La verdad es que al final la literatura es íntima, siempre hay un cacho de cada uno. Me daba miedo, es cierto, pero escribir siempre fue mi sueño.

El libro es muy íntimo en ese sentido. Lo cierto es que primero iba a publicar un libro, que va a salir próximamente, que se llama Dagas y Flores, donde hablo de un momento muy duro que tuve en mi vida, de la inseguridad… Entonces Los últimos cantos de un pájaro enjaulado iba a ser un puente entre ese libro y lo siguiente que iba a escribir.

“Los cantos de un pájaro enjaulado son los últimos versos que escribo antes de ser realmente yo

Es como el momento en el que el pájaro, que sería yo, sale de la jaula, que es mi propia mente, donde se esconden mis miedos e inseguridades. Es decir, todo aquello que me impide perseguir mi sueño. Es una forma de ser libre, de ser mostrar quién verdaderamente soy.

Los cantos de un pájaro enjaulado son los últimos versos que escribo antes de ser realmente yo. Por eso puse lo de una autora de una voz poética. Si bien iba a salir antes que Dagas y Flores, lo cierto es que al final este primer libro ha sido una carta de presentación una forma de darme a conocer y conseguir un pequeño hueco.

¿Cómo fue el proceso de producir tu primer libro?

Iba a salir primero Dagas y Flores con una editorial, pero el proceso es muy lento, Tenía muchas ganas de sacar algo propio, entonces decidí probar la autoproducción. Me pudieron las ganas – ríe.

A través de Amazon hice toda la portada y la maquetación y utilicé a la propia Amazon como imprenta y distribución para poder vender los libros en librerías y que llegue a la gente. Fue más que nada por hacerlo por mi cuenta, para explorar vías diferentes. Al final fue un poco handmade.

Portada de Los últimos cantos de un pájaro enjaulado de Sara Moro Carrera

La portada tiene un aspecto muy creativo.

¿Sí? La hice con un programa de diseño y poniendo los elementos tal cual los quería. Lo cierto es que no se me da demasiado bien dibujar.

La portada de Dagas y Flores, sin embargo, está hecha por una amiga que es ilustradora y dibujante, y se nota mucho el cambio.

Comentabas que Dagas y Flores ya tiene editorial.

Sí. Lo voy a sacar con una editorial pequeña de Cataluña. Aun no sabemos la fecha exacta, aunque suponemos que será a finales de este año o a principios del siguiente. Ya he puesto la portada en mis redes. Ya queda poco.

¿Nunca pensaste en recurrir a las ayudas de producción que se hacen en Cantabria?

No tenía conocimiento de que existiesen este tipo de ayudas. A veces no solo es que no haya ayudas, sino que muchas veces no se le da demasiada difusión. No se le da la viabilidad suficiente.

¿Crees que le puede llegar más a la gente más mayor que a los jóvenes?

No lo tengo muy claro. Supongo que depende de las redes de difusión. Hay ciertas incitativas que se difunden más en redes como lo que hace el Espacio Joven o Santander Creativa y sí que pueden llegar.

Pero otras iniciativas del Ayuntamiento de Santander o del Gobierno de Cantabria creo que no llegan tanto a los jóvenes.

Para ti, ¿qué supone el hecho de sacar dos libros y exponerte de esta forma?

Uf. Muchísimas cosas – ríe. No sé por dónde empezar. Para mí publicar estos libros es un paso adelante no solo en mi carrera literaria sino en mi salud mental. Es vencer un miedo.

¿Como un símbolo de fortaleza?

Sí. Es dar un paso y dejar de tener miedo y no volver a cerrarme en mí misma.

¿Nos puedes dar algún adelanto de tu próximo libro?

Puedo decir que se titulada Dagas y Flores porque el concepto está divido en dos bloques. Por un lado están esas dagas, que son los poemas que representan los momentos más duros emocionalmente hablando, los más oscuros. Por otro están las flores, donde están esos poemas más esperanzadores, donde reflejo aquello que me ha ayudado a evolucionar.

Intento mostrar esa dualidad entre estar bien y estar mal. Por eso pongo primero las dagas, y después muestro las flores, para mostrar esa ‘salida del pozo’.

Portada de Dagas y Flores de Sara Moro Carrera

Para ser una persona joven, es una obra muy trabajada en el área emocional.

Hay mucha gente joven que tiene mucho talento en ese sentido. Lo que pasa es que o bien no se nos da voz o bien la gente tiene mucho miedo. A mí me ha pasado durante mucho tiempo. Siempre piensas en los prejuicios, en el qué dirán, pero hay que dar el paso.

Me gusta también el trabajo conceptual. Ver lo que esconden los artistas en el trabajo creativo, la música, las series… Es decir, ver lo que hay más allá.

“Hay que crear nuevas iniciativas para animar a los jóvenes a adentrarse en la cultura”

¿Cuál sería ese libro que te ha marcado?

Siempre he leído mucho. La mejor forma para aprender a escribir es leer. Y desde luego ponerte a escribir. Hay muchos libros que me han marcado desde pequeña. Me acuerdo que Matar un ruiseñor me ha maracdo mucho, de hecho, me sentía muy identificada con la protagonista por sus ideas.

Ahora también leo mucha literatura de mujeres escritoras que no se dieron a conocer en su momento. Tal es así que dediqué mi Trabajo de Fin de Grado a Flora Tristán que había sido una escritora socialista con ideas muy feministas para la época.

Últimamente también he leído Miñan, que significa hermanito, y trata de la problemática de la inmigración y las pateras que vienen a España. Refleja muy bien la situación que estamos viviendo actualmente.

¿Qué les dirías a aquellas personas que dicen que los jóvenes no se interesan por la cultura?

Les diría que están muy equivocados. Creo que hay un cierto prejuicio de generalizar. Es cierto que hay jóvenes que igual no se interesan, pero también hay que darles alternativas y facilidades al tipo de ocio en el que muchos recaen y que no conocen el área cultural.

Lo cierto es que hay muchos jóvenes que se dedican a la cultura, no se puede decir que no hay interés. En Cantabria tenemos una población envejecida, y a pesar de eso los más jóvenes tienen muchos proyectos.

Hay que crear nuevas iniciativas para animar a los jóvenes a adentrarse en la cultura y que sea accesible.

¿Crees que plataformas como Wattpad ayudan o empeoran?

Estas plataformas están muy denostadas. Creo que la gente que escribe en Wattpad es un trabajo que hacen para escribir. Además, también es una forma de empezar y divertirse, y es muy positivo.

Muchas veces el tipo de argumentos que gustan a las chicas jóvenes se ve como una cultura menor, y habría que hacer una crítica para ver por qué se concibe así. Hay muchas cosas que cambiar.

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